Leonardo Buniak, economista, señaló que la banca no ha contado con tiempo suficiente para realizar los ajustes pertinentes que le darán operacionalidad a la reconversión monetaria. Esto a pesar de que el lapso para que entrara en vigencia se extendió por 60 días más, siendo el 4 de agosto la nueva fecha para ejecutarse.
Explicó también, que todavía no se ha dado información técnica de cuándo llegarán los billetes del nuevo cono monetario, así como tampoco se han realizado las “pruebas integrales de funcionamiento” de todo el ecosistema financiero.
Recordó que en 2008, cuando entró en vigencia el Bolívar Fuerte, las instituciones bancarias contaron con diez meses para realizar los ajustes necesarios; y advirtió que con un solo banco que no se haya adaptado a tiempo al Bolívar Soberano, afectará a los demás.
“Lo ideal era contar con 120 días o un poco más para hacer mínimo tres pruebas de verificación del funcionamiento del sistema financiero. Estas se deben hacer para que no afecte al sistema de pago”, indicó.
Asimismo agregó que la calibración de los telecajeros automáticos y la distribución de los nuevos billetes, debe tomar al menos unos 30 días, de los cuales todavía no se tiene conocimiento de cómo va dicho proceso.
Recomendó que lo más sano, al implementar la reconversión, es que los dos conos monetarios, tanto el del Bolívar Fuerte como el del Bolívar Soberano, convivan por un tiempo para que la reconversión sea exitosa.
Agregó que cuando el valor intrínseco de un billete supera el valor monetario, la pieza tiende a desaparecer, por lo que advirtió que de continuar el proceso hiperinflacionario que golpea a la economía venezolana, “el papel moneda será más costoso que el valor monetario y en consecuencia, el nuevo cono será pulverizado por la hiperinflación”.
También coincide con otros especialistas, al decir que lo más recomendable es implementar otras medidas que vayan de la mano con la reconversión para que esta sea exitosa. “Hay que devolverle la autonomía al BCV, no puede seguir financiando el gasto público. Si no se corrige la inflación, el cono monetario sufrirá lo mismo que los anteriores”, manifestó.
Para finalizar, consideró que la reconversión es “estética y cosmética”, ya que para él, la intención del gobierno es “vender la ilusión de que el bolívar se ha fortalecido”. A su juicio lo que se debió hacer en vez de una reconversión fue ampliar el cono monetario.
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